Cuando observo el campo sin arar, cuando los aperos de labranza están olvidados, cuando la tierra esta quebrada y abandonada.
Cuando miro tantos niños abandonados, tantos hermanos que lloran , tantas guerras.
Cuando miro las lagrimas , la baja estima , la tristeza , los odios , el inconformismo ....... me pregunto: ¿Dónde están las manos de Dios?.
Cuando observo la injusticia, el pobre, el que sufre y el que llora.. : ¿Dónde están las manos de Dios?.
Y me enfrento a él y le pregunto: ¿Dónde están tus manos Señor?, para luchar por la justicia, para dar una caricia, un consuelo al abandonado, rescatar a la juventud de las drogas, dar amor y ternura a los olvidados...
Después de un largo silencio, escuché su voz que me reclamó: ¿No te has dado cuenta que TÚ eres mis manos?. ¡Atrévete a usarlas para lo que fueron hechas, para dar amor y alcanzar las estrellas!. .
Y entonces comprendí que las manos de Dios somos TÚ y YO. Nosotros somos los que tenemos la voluntad, el conocimiento y el coraje para luchar por un mundo más humano y más justo,
Señor, ahora me doy cuenta que mis manos están sin llenar, que no han dado lo que deberían dar. Sé que las debo usar y puedan al final llegar vacías al cielo porque entregaron todo el amor para el que fueron creadas...
Y entonces Dios seguramente dirá: ESTAS, ¡SON MIS MANOS!.
Cuando miro tantos niños abandonados, tantos hermanos que lloran , tantas guerras.
Cuando miro las lagrimas , la baja estima , la tristeza , los odios , el inconformismo ....... me pregunto: ¿Dónde están las manos de Dios?.
Cuando observo la injusticia, el pobre, el que sufre y el que llora.. : ¿Dónde están las manos de Dios?.
Y me enfrento a él y le pregunto: ¿Dónde están tus manos Señor?, para luchar por la justicia, para dar una caricia, un consuelo al abandonado, rescatar a la juventud de las drogas, dar amor y ternura a los olvidados...
Después de un largo silencio, escuché su voz que me reclamó: ¿No te has dado cuenta que TÚ eres mis manos?. ¡Atrévete a usarlas para lo que fueron hechas, para dar amor y alcanzar las estrellas!. .
Y entonces comprendí que las manos de Dios somos TÚ y YO. Nosotros somos los que tenemos la voluntad, el conocimiento y el coraje para luchar por un mundo más humano y más justo,
Señor, ahora me doy cuenta que mis manos están sin llenar, que no han dado lo que deberían dar. Sé que las debo usar y puedan al final llegar vacías al cielo porque entregaron todo el amor para el que fueron creadas...
Y entonces Dios seguramente dirá: ESTAS, ¡SON MIS MANOS!.