Gálatas 6:1 Hermanos, si alguno fuere
sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle
con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú
también seas tentado.
6:1 -- si alguno fuere sorprendido
(prolambano) -- "Ser atrapado en una falta, Gá 6:1, donde el significado
no es el de detectar a la persona en el acto mismo, sino que esta
persona sea sorpren
dida por el pecado, al
no estar vigilante". La palabra significa detectar en alguna falta
antes de que pueda escapar o esconder su pecado.
Es
muy necesaria la vigilancia. Jesús dice, "Velad y orad, para que no
entréis en tentación" (Mat. 26:41). "Velad, estad firmes en la fe;
portaos varonilmente, y esforzaos" (1 Cor. 16:13). "Mirad, pues, con
diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios" (Efes. 5:15).
"Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león
rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar" (1 Ped. 5:.
Debemos "huir" del pecado (1 Cor. 6:18; 10:14; 1 Tim. 6:10,
11; 2 Tim. 2:22), pero aun así el hermano más fiel puede tropezar (puede
ser sorprendido por el pecado). ¡Cuánto más si no vigilamos! (Mat.
26:41; 1 Ped. 5:8; Hech. 20:28; 1 Tim. 4:12). Somos sorprendidos en
transgresiones debido a nuestra ignorancia, debilidad, el poder
engañador del pecado, el mal ejemplo de otros hermanos, etc.
-- en alguna falta (paraptoma) -- Esta palabra no se refiere a
algún equívoco insignificante, sino a una transgresión (VM). "Denota
una infracción, una desviación, de la rectitud y verdad, Mt 6:14, 15
(dos veces) ... En Gá 6:1, la referencia es a 'las obras de la carne'
(5:19), y el pensamiento es el de que el creyente es sorprendido con la
guardia baja, tomando la transgresión ventaja de este hecho" (Vine).
-- vosotros que sois espirituales, -- ¿Quiénes deben
restaurar al hermano? El verbo es plural y se refiere a los
"espirituales". Pablo acaba de describir "el fruto del Espíritu" (5:22,
23). Desde luego, los espirituales son los que llevan el fruto del
Espíritu (los que están "llenos del Espíritu", Efes. 5:18). ¿Somos
espirituales o somos carnales? 1 Cor. 3:3, "porque aún sois carnales;
pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois
carnales?" Nos conviene repasar frecuentemente la lista de las obras de
la carne (5:19-21) y preguntarnos si acaso somos en algún sentido
carnales. Los tales no deben participar en restaurar a los miembros
caídos. ¿Cómo podemos corregir al hermano si estamos mal nosotros
mismos? (Mat. 7:1-5). Debemos practicar lo que enseñamos (Rom. 2:17-21)
-- restauradle, katartizo -- ¿Qué hacer, pues? No amputarle
como si tuviera gangrena, sino restaurarle. Es posible que algún
miembro la tenga (2 Tim. 2:17), pero Pablo no habla de los tales en Gál.
6:1. La palabra "restaurar" viene de la palabra "katartizo, remendar,
equipar completamente, se traduce 'restaurad(le)' en Gá 6:1,
metafóricamente, de la restauración, por parte de los que son
espirituales, de uno que ha sido sorprendido en una falta, siendo que
el tal es como un miembro dislocado del cuerpo espiritual. El tiempo
está en presente continuo, lo que sugiere la necesidad de paciencia y
perseverancia en el proceso" (Vine). La palabra se usa en Mat. 4:21,
"remendaban sus redes". Heb. 12:12,13 es semejante a Gál. 6:1, "levantad
las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas
para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que
sea sanado". Esto indica que los santos son responsables los unos por
los otros y que deben preocuparse los unos por los otros (1 Cor. 12:25).
No deben ser indiferentes cuando algún hermano sufre física o
espiritualmente.
-- con espíritu de mansedumbre, --
no con espíritu vanaglorioso (5:26) de detective, ni de policía ni mucho
menos de verdugo, sino de paciencia (longanimidad) y mansedumbre (5:22,
23, notas). La mansedumbre, fruto del Espíritu, significa completa
humildad delante de Dios y su palabra. Los mansos están sujetos a la
corrección de Dios y, por lo tanto, tienen paciencia con sus hermanos
caídos. La mansedumbre es fuerza con gentileza. No quiere decir cobarde.
No significa debilidad ni timidez. La persona mansa se enoja cuando
debe enojarse (Mar. 3:5), de la manera apropiada y solamente el tiempo
necesario. La mansedumbre es lo opuesto del orgullo y la arrogancia.
Acompaña en muchos textos la humildad (Efes. 4:2; Col. 3:12). El
espíritu de mansedumbre es necesario para aprender (Sant. 1:21), para
corregir (2 Tim. 2:24,25), para responder (1 Ped. 3:15), para ganar al
incrédulo (1 Ped. 3:1-4), y para restaurar al hermano. Hermanos mansos
están dispuestos a considerarse a sí mismos, recordando que ellos
también pueden ser tentados.
-- considerándote a ti
mismo, no sea que tú también seas tentado. -- Debo recordar mis propias
limitaciones y debilidades y que yo también puedo caer en la misma
tentación. Los miembros fieles del cuerpo de Cristo son útiles para el
Señor (2 Tim. 2:21), pero es por la gracia de Dios ("por la gracia de
Dios soy lo que soy", 1 Cor. 15:10). Nadie puede jactarse (1 Cor. 1:29).
Aunque seamos fieles, estamos conscientes de flaquezas y tenemos que
luchar diariamente contra la carne. Siempre debemos ser "pobres en
espíritu" (Mat. 5:3). Con esta actitud no será difícil obedecer lo que
Pablo dice en Gál. 6:1,2. Recuérdese la advertencia del v. 3, "el que
se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña"
sorprendido en alguna falta, vosotros que sois espirituales, restauradle
con espíritu de mansedumbre, considerándote a ti mismo, no sea que tú
también seas tentado.
6:1 -- si alguno fuere sorprendido
(prolambano) -- "Ser atrapado en una falta, Gá 6:1, donde el significado
no es el de detectar a la persona en el acto mismo, sino que esta
persona sea sorpren
dida por el pecado, al
no estar vigilante". La palabra significa detectar en alguna falta
antes de que pueda escapar o esconder su pecado.
Es
muy necesaria la vigilancia. Jesús dice, "Velad y orad, para que no
entréis en tentación" (Mat. 26:41). "Velad, estad firmes en la fe;
portaos varonilmente, y esforzaos" (1 Cor. 16:13). "Mirad, pues, con
diligencia cómo andéis, no como necios sino como sabios" (Efes. 5:15).
"Sed sobrios, y velad; porque vuestro adversario el diablo, como león
rugiente, anda alrededor buscando a quien devorar" (1 Ped. 5:.
Debemos "huir" del pecado (1 Cor. 6:18; 10:14; 1 Tim. 6:10,
11; 2 Tim. 2:22), pero aun así el hermano más fiel puede tropezar (puede
ser sorprendido por el pecado). ¡Cuánto más si no vigilamos! (Mat.
26:41; 1 Ped. 5:8; Hech. 20:28; 1 Tim. 4:12). Somos sorprendidos en
transgresiones debido a nuestra ignorancia, debilidad, el poder
engañador del pecado, el mal ejemplo de otros hermanos, etc.
-- en alguna falta (paraptoma) -- Esta palabra no se refiere a
algún equívoco insignificante, sino a una transgresión (VM). "Denota
una infracción, una desviación, de la rectitud y verdad, Mt 6:14, 15
(dos veces) ... En Gá 6:1, la referencia es a 'las obras de la carne'
(5:19), y el pensamiento es el de que el creyente es sorprendido con la
guardia baja, tomando la transgresión ventaja de este hecho" (Vine).
-- vosotros que sois espirituales, -- ¿Quiénes deben
restaurar al hermano? El verbo es plural y se refiere a los
"espirituales". Pablo acaba de describir "el fruto del Espíritu" (5:22,
23). Desde luego, los espirituales son los que llevan el fruto del
Espíritu (los que están "llenos del Espíritu", Efes. 5:18). ¿Somos
espirituales o somos carnales? 1 Cor. 3:3, "porque aún sois carnales;
pues habiendo entre vosotros celos, contiendas y disensiones, ¿no sois
carnales?" Nos conviene repasar frecuentemente la lista de las obras de
la carne (5:19-21) y preguntarnos si acaso somos en algún sentido
carnales. Los tales no deben participar en restaurar a los miembros
caídos. ¿Cómo podemos corregir al hermano si estamos mal nosotros
mismos? (Mat. 7:1-5). Debemos practicar lo que enseñamos (Rom. 2:17-21)
-- restauradle, katartizo -- ¿Qué hacer, pues? No amputarle
como si tuviera gangrena, sino restaurarle. Es posible que algún
miembro la tenga (2 Tim. 2:17), pero Pablo no habla de los tales en Gál.
6:1. La palabra "restaurar" viene de la palabra "katartizo, remendar,
equipar completamente, se traduce 'restaurad(le)' en Gá 6:1,
metafóricamente, de la restauración, por parte de los que son
espirituales, de uno que ha sido sorprendido en una falta, siendo que
el tal es como un miembro dislocado del cuerpo espiritual. El tiempo
está en presente continuo, lo que sugiere la necesidad de paciencia y
perseverancia en el proceso" (Vine). La palabra se usa en Mat. 4:21,
"remendaban sus redes". Heb. 12:12,13 es semejante a Gál. 6:1, "levantad
las manos caídas y las rodillas paralizadas; y haced sendas derechas
para vuestros pies, para que lo cojo no se salga del camino, sino que
sea sanado". Esto indica que los santos son responsables los unos por
los otros y que deben preocuparse los unos por los otros (1 Cor. 12:25).
No deben ser indiferentes cuando algún hermano sufre física o
espiritualmente.
-- con espíritu de mansedumbre, --
no con espíritu vanaglorioso (5:26) de detective, ni de policía ni mucho
menos de verdugo, sino de paciencia (longanimidad) y mansedumbre (5:22,
23, notas). La mansedumbre, fruto del Espíritu, significa completa
humildad delante de Dios y su palabra. Los mansos están sujetos a la
corrección de Dios y, por lo tanto, tienen paciencia con sus hermanos
caídos. La mansedumbre es fuerza con gentileza. No quiere decir cobarde.
No significa debilidad ni timidez. La persona mansa se enoja cuando
debe enojarse (Mar. 3:5), de la manera apropiada y solamente el tiempo
necesario. La mansedumbre es lo opuesto del orgullo y la arrogancia.
Acompaña en muchos textos la humildad (Efes. 4:2; Col. 3:12). El
espíritu de mansedumbre es necesario para aprender (Sant. 1:21), para
corregir (2 Tim. 2:24,25), para responder (1 Ped. 3:15), para ganar al
incrédulo (1 Ped. 3:1-4), y para restaurar al hermano. Hermanos mansos
están dispuestos a considerarse a sí mismos, recordando que ellos
también pueden ser tentados.
-- considerándote a ti
mismo, no sea que tú también seas tentado. -- Debo recordar mis propias
limitaciones y debilidades y que yo también puedo caer en la misma
tentación. Los miembros fieles del cuerpo de Cristo son útiles para el
Señor (2 Tim. 2:21), pero es por la gracia de Dios ("por la gracia de
Dios soy lo que soy", 1 Cor. 15:10). Nadie puede jactarse (1 Cor. 1:29).
Aunque seamos fieles, estamos conscientes de flaquezas y tenemos que
luchar diariamente contra la carne. Siempre debemos ser "pobres en
espíritu" (Mat. 5:3). Con esta actitud no será difícil obedecer lo que
Pablo dice en Gál. 6:1,2. Recuérdese la advertencia del v. 3, "el que
se cree ser algo, no siendo nada, a sí mismo se engaña"