Existen palabras inspiradas por el diablo,
que son forjadas a golpe de martillo,
en el duro e inflexible yunque de la malicia,
en la ardiente y calurosa fragua del
oscuro y malintencionado corazón del hombre.
Son afiladas y puntiagudas palabras,
envenenadas y traicioneras espadas,
que entristecen, duelen, hieren y matan
sin dejar heridas, señales ni marcas.
El odio y la ira se casaron y tuvieron un hijo llamado rencor
y ese pequeño niño ahora vive en mi vida,
tiene por cuna mi corazón.
Hermanos, rencores... ¿de qué sirven?
Ni curan las heridas ni corrigen el mal.
Rencores... ¿de qué sirven?
piedras de tropiezo, engaños de satanás
que torturan tu vida y te impiden perdonar.
Señor, aiguien en quien yo confiaba
al que sin temor le daba la espalda
un día me apuñaló mientras
sonriendo me miraba.
Señor, fortalece mi vida en este día malo
en el que con el odio y la ira
mi corazon está batallando.
Y dame fuerzas para decirte:
"Señor, bendice a mi hermano,
aunque con sus bordes palabras
me esté haciendo daño.
Señor, bendice a mi hermano,
aunque con sus dedos en mi
herida me esté presionando.
Señor, bendice a mi hermano,
aunque a veces olvide que soy humano,
que si me pisan me duele,
que no soy de mármol..."
Hermano, no guardes rencor
ni busques venganza. Olvida.
Hazlo por Dios y por el bien de tu alma.
Olvidar la falta es perder de tu derecho
por obedecer Su Palabra.
que son forjadas a golpe de martillo,
en el duro e inflexible yunque de la malicia,
en la ardiente y calurosa fragua del
oscuro y malintencionado corazón del hombre.
Son afiladas y puntiagudas palabras,
envenenadas y traicioneras espadas,
que entristecen, duelen, hieren y matan
sin dejar heridas, señales ni marcas.
El odio y la ira se casaron y tuvieron un hijo llamado rencor
y ese pequeño niño ahora vive en mi vida,
tiene por cuna mi corazón.
Hermanos, rencores... ¿de qué sirven?
Ni curan las heridas ni corrigen el mal.
Rencores... ¿de qué sirven?
piedras de tropiezo, engaños de satanás
que torturan tu vida y te impiden perdonar.
Señor, aiguien en quien yo confiaba
al que sin temor le daba la espalda
un día me apuñaló mientras
sonriendo me miraba.
Señor, fortalece mi vida en este día malo
en el que con el odio y la ira
mi corazon está batallando.
Y dame fuerzas para decirte:
"Señor, bendice a mi hermano,
aunque con sus bordes palabras
me esté haciendo daño.
Señor, bendice a mi hermano,
aunque con sus dedos en mi
herida me esté presionando.
Señor, bendice a mi hermano,
aunque a veces olvide que soy humano,
que si me pisan me duele,
que no soy de mármol..."
Hermano, no guardes rencor
ni busques venganza. Olvida.
Hazlo por Dios y por el bien de tu alma.
Olvidar la falta es perder de tu derecho
por obedecer Su Palabra.