El relato bíblico nos dice en Génesis 6:14 que Dios le dio la orden a Noé que al construir el arca debía calafatearla con brea, “Hazte un arca de madera de gofer; harás aposentos en el arca, y la calafatearás con brea por dentro y por fuera.” A partir de esto surge una gran pregunta, “¿De donde sacó Noé la brea para calafatear el arca si la misma se obtiene de los restos fósiles que se crearon con el diluvio?
Ésta es una pregunta muy inquietante, porque sabemos que la brea es un derivado del petróleo, y también sabemos que el petróleo se obtiene de los restos fósiles que se encuentran sepultados bajo tierra y en todo el planeta, los cuales son nada mas y nada menos que la gran evidencia de que el diluvio fue un evento universal y no local. Pero vemos principalmente que el diluvio universal en los días de Noé fue al autor de todos estos fósiles, los cuales se formaron tras los violentos movimientos de agua y placas tectónicas mediante erupciones volcánicas subterráneas y terrestres. Tanto animales como plantas y árboles fueron sepultados rápidamente por avalanchas de lodo, barro, arena, sedimentos minerales y el peso del agua, condiciones únicas para la formación de los millones de fósiles que se encuentran en todo el mundo, muchos de ellos en capas que tienen kilómetros de grosor y distancia, los cuales el hombre luego a utilizado para diferentes usos y desarrollar distintos productos.
Pero bien, notemos que a Noé no le hizo falta tener fósiles presentes para obtener de ellos la brea, ya que la misma puede obtenerse de bosques de árboles y arbustos. Esto es algo que podemos comprobar ya que la brea fue el producto más exportado por Finlandia durante los siglos XVII y XVIII. Los navíos y buques mercantes europeos necesitaban enormes cantidades de brea y su principal suministro provenía de los bosques del reino de Suecia-Finlandia. En otros países se utilizaban pinos viejos, o lo que queda después de talar un árbol, como materia prima para conseguir brea, mientras que los finlandeses la sacaban de los pinos jóvenes.
La corteza de árboles y arbustos se cortaba para producir incisiones por las que después fluiría la resina. Tras unos años, estos árboles eran talados, cortados en trozos pequeños y almacenados para producir brea. Ésta se transportaba a los puertos en barriles y embarcaba rumbo a los mercados internacionales. El negocio de la brea fue el modo de subsistencia que tenían los habitantes del interior, la mayoría de los cuales vivían en el sureste de Finlandia. Más tarde, ya a finales del apogeo de esta industria, también se procesaba en las regiones de Ostrobotnia y Kainuu. La fabricación de brea se llevó a cabo en Finlandia durante 300 años, finalizando a comienzos del siglo XX, cuando se dejaron de construir barcos de madera y se redujo así la demanda de esta materia.
Los escandinavos obtenían la brea de la corteza de árboles y arbustos, la que se cortaba para producir incisiones por las que después fluiría la resina, y de ésta obtener la brea. También parece que tenían otro método, luego de sacar la corteza al cabo de unos años, estos árboles eran talados, cortados en trozos pequeños y almacenados para producir la brea. El proceso de como lo hacían no se sabe bien, pero lo que si se sabe es que el producto final lo lograban, y parece que muy bien hecho ya que durante 300 años lo estuvieron utilizando.